Es difícil poder poner en palabras, en una memoria conceptual algo que surge del Automatismo, camino que vengo recorriendo desde hace casi dos años. A partir de la expresión sin control, sin propuestas o direcciones previas, las líneas y planos que aparecen comienzan a CONFIGURARSE, creo que algo que ya estaba previamente en mi sin que lo sepa comienza a ser percibido y, en ese descubrir, sólo queda el abandonarme al camino de “lo aparecido”. Y allí voy vislumbrando de que me hablará esa obra y ya no tengo dudas de hacia donde debo ir.No pensar de que tratará la nueva obra me ha resultado LIBERADOR, dejar de buscar por medio de la razón y dejar fluir en un encuentro de aceptación con mi interioridad.Con cada trazo de carbón, con cada voladura y cada sombra busco capturar la fragilidad y la fuerza que coexisten dentro del mi espíritu dejando fluir aquellas cosas que no sabía, concientemente, que me desvelaban. Evocando lo figurativo y lo semiabstracto, esta obra juega con elementos surrealistas. El uso de luces y sombras busca generar una atmósfera introspectiva, una invitación a la reflexión y al descubrimiento personal. Así surge “Cuerpo invadido” en ese entretejido de formas fragmentadas, de signos abstractos que seguramente es expresión de una presencias interna, transformadas en obra.