La obra propone una mirada abstracta y sensorial sobre el cuerpo femenino, explorando su fuerza, fragilidad y belleza. Las formas orgánicas, que se insinúan sin nombrarse, dialogan con una paleta que va del rosa al rojo profundo, evocando lo vital. La pincelada libre, sostenida en el equilibrio compositivo, habla de un cuerpo que siente, que cambia y que merece ser cuidado.