Esta pintura, titulada "Resiliencia ", representa a una mujer inmersa en un cuerpo de agua, simbolizando las desafiantes corrientes de la vida y el camino hacia la sanación. Su postura sugiere vulnerabilidad y fortaleza mientras navega por su paisaje emocional.Su rostro, sutilmente dividido, insinúa una lucha interior: quizá un yo del pasado que contrasta con un yo que anhela renovarse, o la fuerza visible que oculta heridas internas. Sin embargo, su mirada es directa y decidida, testimonio de su determinación para superar la adversidad.En sus manos ahuecadas, descansa un pequeño y vibrante colibrí, un poderoso símbolo de alegría, sanación y búsqueda de la ligereza. El colibrí representa la frágil esperanza y el delicado proceso de recuperar la plenitud. Es un recordatorio de que, incluso en medio del dolor, existe la belleza y el potencial para un espíritu renovado.A su alrededor, flotan cubos azules translúcidos, algunos sumergidos y otros elevándose. Estas formas geométricas representan recuerdos fragmentados, experiencias pasadas o cargas emocionales que emergen durante el proceso de sanación. Si bien algunas pueden ser pesadas y presentes, otras parecen disiparse en la inmensidad del cielo, sugiriendo la liberación y la trascendencia de las heridas del pasado. La serena paleta de azules refuerza una sensación de calma e introspección, esencial para la recuperación emocional.