"Todavía recuerdo el día como si fuera hoy, en el que mi abuela materna me describió el momento en el que descubrió que algo no estaba bien. Había palpado al enemigo invisible. Al shock inicial y al posterior repaso rápido de todo lo que habría que hacer para combatirlo, sobrevinieron los fantasmas: esto también me puede pasar, nos puede pasar a todas. Afortunadamente, gracias a la detección temprana, el enemigo no pudo con mi abuela-
Nuestro cuerpo en general, y nuestras mamas en particular son fuente de vida, son delicadas, y como tal merecen que las cuidemos amorosa y rigurosamente.
Querámonos, cuidémoslas."