El cuerpo femenino se despliega como territorio vital donde los pechos se entrelazan entre las formas florales en una sinfonía de tonos magentas y dorados que le da intensidad a la obra. El collage introduce fragmentos de piel que dialogan con la textura orgánica de las flores. La composición oscila entre lo íntimo y lo expansivo queriendo transmitir la fuerza de lo vivo, un canto visual al cuidado de la feminidad. Técnica mixta: acrílicos, tinta gel y collage sobre papel.