La obra presenta a una mujer corriendo desnuda en un bosque, su rostro iluminado por una sonrisa de libertad y alegría. Su cuerpo, decorado con flores, destaca su íntima unión con la naturaleza. La leyenda "quien no es libre de sí mismo, juzga a los demás" subraya que solo alcanzamos la verdadera libertad al liberarnos de nuestras propias limitaciones, en lugar de imponer juicios sobre otros.