Alegoría de un par de curvas. Decía Borges que la imagen de nuestras caras es esa vasta algarabía de líneas que se mueven dibujando nuestra vida. ¿Cuántas líneas forman nuestras caras y cuántas largas curvas nuestros cuerpos? ¿Y cómo cambian estos garabatos a través del tiempo?
¿Somos lo mismo si restamos algunas y qué pasa cuando los años suman otras?
Las curvas se nos fueron dadas para caminar nuestros días, y líneas más, líneas menos, son materia prima, arcilla para construir nuestros días.
Cuando una curva está comprometida... ¿Cómo resignificamos nuestras vidas?