Una paleta de colores predominantemente fríos, en óleo sobre un bastidor entelado de 70x50 cm, con unos toques de calidez, donde cada observador podrá entablar un diálogo libre con la obra, una abstracción que remitirá a aquello que cada uno quiera o pueda imaginar en las formas figurales que allí encuentre, recorriendo los senderos que su intuición decida.
Esta obra no tiene un título explícito para no condicionar la mirada o la experiencia del observador y dejar total libertad a su vivencia.